Preguntas Frecuentes

Sé que dar el primer paso de venir a consulta no es nada fácil. Antes de venir a una primera sesión es completamente normal tener dudas, sentir ansiedad o incluso vergüenza. Al fin y al cabo, aún son muchos los prejuicios que hay en torno a nuestro trabajo. Por este motivo, para que comiences a sentirte un poco más cómodo/a y en confianza desde este momento, he creado este espacio. A continuación encontrarás algunas de las preguntas que recibo con más frecuencia cuando una persona me pide ayuda.

Si tras leerlas continúas con pregunta sin resolver, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Estaré encantada de aclararte cualquier cuestión.

¿Cómo sé cuándo debo ir al psicólogo?

Digamos que no existe una única respuesta a esa pregunta, pero sí insisto en fijar la vista en 5 aspectos clave:

Los pensamientos. Si estás teniendo pensamientos negativos y repetitivos que no puedes eliminar de tu mente.
Las emociones. Si detectas que un estado emocional te acompaña durante un tiempo mayor al habitual como la tristeza, la apatía, el nerviosismo o la irritabilidad, entre otros.
Los comportamientos. Si has comenzado a evitar o huir de lugares, personas o situaciones que te generan nerviosismo o incomodidad, también es un buen punto de partida para buscar ayuda.
El sueño. Experimentar cambios como insomnio, muchos despertares nocturnos o pesadillas podría ser signo de que algo no anda bien a nivel emocional.
Los síntomas físicos. Cuando el malestar emocional no se expresa aparece la somatización, el cuerpo nos hace llegar el mensaje a través del malestar físico como dolores de cabeza constantes, taquicardias, dermatitis, colon irritable, etc.

¿Cómo es la primera sesión?

En una primera sesión mi objetivo, junto a que te sientas lo suficientemente cómodo/a y con confianza para explicarme en qué puedo ayudarte, es conseguir valorar todo lo que te está ocurriendo y afectando en este momento para elaborar un plan de tratamiento a seguir y que recuperes tu bienestar. En ningún caso voy a juzgarte, por lo que la sensación más frecuente tras nuestra primera cita es el alivio y las ganas de comenzar a trabajar en las siguientes sesiones para sentirte mejor.

¿Cuánto tiempo dura la terapia?

Durará el menor tiempo necesario para trabajar en los objetivos marcados, esto es, el tiempo que sea necesario para que comprendas qué te ocurre, porqué y adquieras las herramientas necesarias para afrontar o solucionar aquello por lo que has acudido a consulta. Una vez y esto ha ocurrido, volveremos a vernos alguna vez puntual para asegurarnos que los cambios conseguidos se mantienen a lo largo del tiempo y prevenir cualquier recaída que pudiera darse.

¿Con qué frecuencia tendré que ir a terapia?

Orientativamente, lo ideal es que en las primeras sesiones en las que evaluamos el problema y empezamos a trabajar en los objetivos propuestos nos veamos semanal o quincenalmente. Luego, a medida que la persona se va encontrando mejor y va teniendo recursos para afrontar lo que le ocurre, las sesiones se van espaciando progresivamente.

¿Puedo ir a terapia para prevenir?

Por supuesto, si pudiéramos localizar pequeños aspectos que generan malestar emocional y trabajarlos de forma temprana, estaríamos evitando que muchos cuadros más limitantes como los trastornos de ansiedad o del estado de ánimo lleguen a aparecer.

¿Cómo elijo a mi futuro/a psicólogo/a?

Te recomiendo buscar a un profesional especializado en lo que te ocurre (especialista en duelo, en ansiedad, en autoestima, un terapeuta de pareja, etc). En camhio, si no sabes exactamente qué te ocurre, hacer un barrido entre los profesionales de la zona sería lo ideal. En internet puedes encontrar valoraciones de personas que en su momento también necesitaron ayuda, leerlas y filtrar un máximo de 3 terapeutas sería un buen punto de partida. El siguiente paso sería tener una primera llamada donde explores el método de trabajo de estos profesionales, las sensaciones que te transmiten, y aclares todas las dudas que puedas tener antes de empezar. Tras esto, lanzarte a pedir una primera cita. Recuerda que, si esas primeras citas no van bien, estás en todo tu derecho a cambiar de terapeuta, lo más importante eres tú.

¿Qué diferencia hay entre psicólogo y psiquiatra?

Lo primordial es que pasan por estudios diferentes. Un psiquiatra ha estudiado medicina y luego se ha especializado en psiquiatría, por tanto, puede recetar medicación. Por el contrario, un psicólogo estudia una licenciatura o grado y luego cursa unos estudios de especialización en el ámbito que elija, por lo que no puede recetar psicofármacos. El trabajo de estos dos profesionales va de la mano, ya que, aunque existan casos en los que sea necesaria la medicación, el proceso terapéutico es el complemento para que la primera no quede en un simple “parche” al malestar.

¿Es efectiva la terapia online?

Sí, la terapia online ha demostrado ser igual de eficaz, segura y confidencial que la terapia presencial. Si tienes dudas, te ofrezco la posibilidad de elegir esta modalidad y pasar a terapia presencial si resides en Gran Canaria o Tenerife cuando quieras, y viceversa.

¿Cómo va a ser la terapia?

En líneas generales seguiremos tres pasos.

El primero será escucharte y evaluar qué te está ocurriendo y proponer un plan de trabajo para recuperar tu bienestar.
En un segundo paso, te ofreceré las pautas y herramientas específicas en tu caso, que irás poniendo en práctica en consulta y fuera de ella. Cuando llegamos al tercero es porque hemos conseguido los objetivos propuestos y trabajamos para mantenerlos en el tiempo y evitar las recaídas.

¿Trabajan con seguros privados?

No, actualmente no ofrecemos asistencia psicológica a través de seguros médicos privados.

¿Qué duración tienen las sesiones?

En nuestro centro, las sesiones individuales con adultos, niños o adolescentes tienen una duración de 60 minutos.

Las sesiones de pareja y las de terapia familiar suelen tener una duración de 90 minutos.

¿Cómo sé cuándo acudir a terapia sexual?

Si te cuesta llegar al orgasmo solo/a o acompañado/a.

Si no logras disfrutar de las relaciones sexuales.

Si has notado una disminución de la libido o deseo sexual y sientes que esto está afectando a tu bienestar .

Si siendo hombre no consigues una erección o mantenerla durante la relación sexual.

Si siendo mujer sientes molestias, dolor o incluso no puedes practicar la penetración .

Si no estás satisfecho/a con el control de tu eyaculación.

Si tu vida sexual ha cambiado, por ejemplo por cambios hormonales o fisiológicos como la menopausia, o situaciones vitales como ruptura sentimental o nueva pareja, y no logras adaptarte.

Si tu pareja y tú no consiguen disfrutar y comunicarse en el área sexual de manera satisfactoria.

¿Tienes otras dudas que no recojo aquí?

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